Miro
al pasado y veo cuánto he caminado. No sé adónde, pero tengo la confianza que
llegaré.
Yo, Danny, nací de buenos padres. El menor de nueve hermanos, siempre noté que era algo diferente y eso terminaría metiéndome en problemas, porque todas las circunstancias estaban dadas para convertirme en el blanco de discriminaciones y burlas.
El
problema es que a los demás les faltaba empatía: Nuestra cultura fomenta la
discriminación hacia el diferente, sin considerar que es la diversidad lo que
enriquece la vida. Yo no era el problema
Mi
sufrimiento no tenía nombre. Ahora le llaman "acoso",
"aplique", incluso
internacionalmente, se le conoce como el "bullying".
Mi
madre sabía que yo era diferente, pero no siempre podía tenerla para defenderme
de mis hermanos, de mis compañeros de estudio, de mis vecinos y, menos, de los
más crueles de todos los acosadores: mis pensamientos e ideas.
Recibía
tantas ofensas por algo que ellos suponían de mí y que yo ni idea tenía de que
pudiesen tener la razón: ¡sólo era un niño diferente!
Comencé
a creer que estaba mal. También aprendí que siendo bueno e inteligente sería
del agrado de mis maestras y de adultos que pudiesen detener por ratos el
acoso. Lo difícil es que cuando uno mismo cree que está mal, se convierte en
una suerte de imán para acosadores.
Por
eso, aprendí a cantar para disimular lo fino de mi tono de voz, aprendí a
actuar en teatro para expresar en personajes mis sentimientos reales, aprendí a
ser muy educado para disimular lo que llamaban afeminado - el término más suave
de todos los apelativos peyorativos que aprendí referente a mi persona -
aprendí a hablar en público y sin pena para poder expresar lo que sentía y me
gustaba: estar rodeado de muchas personas, sólo porque siempre tenía miedo de
que me lastimaran si estaba solo. Aprendí a reírme de mí mismo, para no
escuchar a quien se reía más duro.
Hoy
me doy cuenta que esto fue necesario para forjar mi carácter; y lejos de
frustrarme, pienso que la ignorancia de otros te puede llevar a la muerte si no
canalizas tus emociones.
Al
salir del colegio creí que ya no tendría más encuentros con acosadores, olvidaba
que también los acosadores crecían volviéndose docentes universitarios,
empresarios, médicos, funcionarios uniformados, asambleístas y hasta
presidentes del país. Duramente me tocó recordarlo, por el desconocimiento de
mis derechos además de mis responsabilidades, entendí y me tocó superar
situaciones peores... Aprendí a usar el don de la palabra para combatir la
ignorancia.
Ahora
me toca explicar que nadie debe pasar por el abuso de otras personas, que
cuando callamos somos cómplices porque la impunidad se hace norma, explicar que
tenemos derechos, que aunque parezca un imposible, hay que denunciar, apartar
el miedo y pedir ayuda, porque alguien escuchará y recibiremos ayuda y
frenaremos juntos el poder del maltratador.
hola buen dia me llamo victor jose gil mi cedula de identidad numero 582.011 mi edad 18 años mi rol versatil serio discreto estudio universitario vivo con mi madre que es hipertensa y otras patologias medicas y mi padre de crianza murio hace meses de parkinson vivo en venezuela y la situacion esta complicada en mi pais y mi mama es pensionada tiene 56 años y no le alcanza para su tratamiento medico y hay dias que no tenemos para comer mi padre de crianza era de gran apoyo el que quiera darme una ayuda aqui mis datos bancario: bancaribe cuenta de ahorro numero:0114-0540-10-5401413296 si me puedes transferir victor jose gil cedula de identidad 582.011 correo:victor_gil1934@outlook.com disculpe la molestia generada
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